
Los motociclistas han popularizado el termino “Rodar” a la acción de conducir kilómetros y kilómetros por carretera, y aunque suene algo inusual y básico, esto es algo que se disfruta y se hace por el mero gusto de salir a conducir y disfrutar de los paisajes. A su vez, salir en compañía de otros motociclistas, compartir no solo la carretera sino el pasar tiempo juntos, mientras platican y disfrutan de una cerveza, poco a poco formando una hermandad, es algo que solo los mismos bikers podrán explicar la experiencia que esto crea.
¿Pero porqué doy este breve prólogo antes de empezar con lo que quieres saber?, si ir a verla o no. Porque me parece necesario que al menos antes podamos entender un poco lo que significa para estas personas ser un biker y como la película parte de ahí, al interesarse a realizar una película que toma como base e inspiración el fotolibro de Danny Lyon de 1967, The Bikeriders, El club de los vándalos seguirá a un grupo de motociclistas, los Vandals, en el viaje de sus vidas a través de las carreteras de Chicago y todo Estados Unidos.
La cinta está Ambientada en los años 60, sigue el ascenso de un club de motociclistas del medio oeste, los Vandals. El club pasa, en el transcurso de una década, de ser un lugar de reunión para forasteros locales a convertirse en una banda más siniestra, que amenaza el modo de vida único del grupo original. Es importante mencionar que seguimos en esta historia a Benny (Austin Butler) un motociclista solitario, y a Johnny (Tom Hardy), líder del grupo original de los Vandals, pero todo contando a través de la perspectiva de Kathy (Jodie Comer), novia de Benny, y que la historia se recrea gracias la entrevista que tuvo con el fotoperiodista Danny Lyon.

La cinta está contada a manera de crónica, recreando los hechos que vienen descritos en el fotolibro, muchos de esos momentos construidos en el imaginario de los escritores y director para poder mantener el hilo narrativo y que todo trate de tener una coherencia, y claro que sobretodo mantener entretenido y atento al espectador, y de alguna manera lo logra, pues genuninamente nos interesamos por saber como es ser parte de uno de estos club y descubrir que tan ciertos son los mitos que rodean a estos grupos.
¿Qué es un club?
Según el diccionario de la Real Academia Española, un club es ‘una sociedad fundada por un grupo de personas con intereses comunes’ y ‘lugar donde se reúnen los miembros de estas sociedades’. Estas sociedades pueden ser con diferentes fines (recreativos, lucrativos, académicos, etc) y pueden ser de un tema en común, cine, fútbol, deportivos y cualquier otro tema.

Bajo este previo contexto, El club de los vandalos retrata de forma muy precisa y genuina lo que era pertenecer a un club, como se forma y lo que los motiva a construirlo y mantenerlo, pues más allá de ser un pasatiempo de recreación, esto se convierte en una hermandad. El personaje de Benny (Austin Butler) sin tener muchas lineas, es sumamente interesante, nos lo muestra de la mirada de un tercero, haciendo que desde el minuto uno sea un personaje enigmatico, solo te permiten saber muy poco de él y a medida que avanza la cinta nos van revelando más del personaje, nutriendo por completo la historia y el camino que va tomando.
Benny es esta figura que glorifica lo que es ser un motociclista, aquel hombre rudo, de pocas palabras, que lo único que le importa es su moto y la carretera, ningún otra cosa le debilita como el ya no tener un motor y asfalto donde rodar, la interpretación de Austin Butler es idónea a lo que necesita el personaje, lo hace bastante bien. Puede que por momentos te recuerde la interpretación que hizo con Elvis, por que de verdad que la voz se quedó con él, pero realmente Benny es todo lo que queremos ver, el chico bonito, rudo y malo, no hay más.

Tom Hardy como Johnny es como si estuvieras viendo al mismisimo Marlon Brando en el padrino, el personaje imponente y líder que solo basta su mirada para comunicar, son escenas son muy precisas y vaya que lo hace excelente. Como ven, la película no podría existir sin estos tres personajes, Kathy, Benny y Johnny, que a pesar de ser un historia contada desde la perspectiva de Kathy y como se tuvo que involucar en una de las bandas más violentas de los estados unidos, hace que la cinta se sienta como un documental – homenaje a esta banda y a los motociclistas en general.
Pues lo que más se disfruta y que destacó como valor agregado es que El Club de los Vándalos se encuentra enmarcada dentro de los finales de la década de los sesenta. 1968 es conocido como uno de los años más tumultuosos en la historia de la humanidad. Movimientos estudiantiles, levantamientos organizacionales y grupos rebeldes vestían en esta década. La documentación y representación cultural de esta época y corriente es exquisita y hace que te traslades a estos años, te pones en el mood de los personajes.

El Club de los Vándalos, es un drama con un toque de acción y violencia que hace que su storytelling se vuelva entretenido e interesante, es una mirada más humana a los bikers y que los representa con sus angeles y demonios, al mismo tiempo que se da espacio de hacerle un homaneje al Club de Los Vandalos de Chicago y a los bikers en general. Si no conoces mucho de ellos, está pelicula es perfecta, pero si no es aficionados a los motocicletas y no estás tan interesado en conocer más, si vas a sentir que son dos largas horas de escuchar motores y ver mucha testoterona.

Cinencuadre